llegaste con la bienvenida en los ojos.
Desde entonces te quiero: libre, feliz, entero, fuerte, simple.
Y aunque no lo fueras, porque no lo quieres, te quería igual, te amaría más.
Floreciendo juntos, con los pies en la tierra y el corazón en el cielo, volando.
Conectados construyendo juntos un camino,
honrando cicatrices, disfrutando fortunas.
Te disfruto en paz.